AMIGAS

Un pequeño relato que pretende ser mi regalo para el cumpleaños de una amiga, Isabel.

AMIGAS

Para Isabel

Llevo varios días (semanas, mejor) pensando en escribir un minitexto para regalárselo a mi amiga Isabel. Y vaya… ¡qué difícil!

Al final he decidido hablar un poquito sobre la amistad, pero primero me he informado.

¿Qué es la amistad?

Dice la Real Academia de la amistad:

Amistad

Del lat. vulg. *amicĭtas, -ātis, der. del lat. amīcus ‘amigo’.

f. Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

Bueno, no está mal la definición. Se podrían añadir otras palabras como amor, solidaridad, generosidad, compromiso… Todas estas cualidades están incluidas en la amistad.

Pero luego vienen matizaciones que complican un poco está aparentemente fácil cuestión, por ejemplo eso de “amigos amigos” o “amigos íntimos” o “amistad verdadera” o “amigos, pero solo conocidos” o “amigos con derecho a roce”. Y eso no me gusta. La palabra amigo no debería llevar ningún adjetivo, ni ninguna aclaración. Si es tu amigo, es tu amigo y punto. Para las otras relaciones hay palabras tan simples como conocido o novio. Y ya está. Los amigos lo son porque sí; porque los quieres y quieres compartir lo mejor de tu vida con ellos. Y porque sabes que en los peores momentos también estarán contigo. Y porque, aunque haga años que no los ves, puedes ponerte al día con solo cuatro o cinco frases.

Yo incluyo es ese grupo a Isabel.

Isabel es mi amiga. Sin más. No recuerdo un momento de mi vida sin ella. Nacimos con pocos meses de diferencia (es más joven que yo, jamás se lo perdonaré) y con solo una pared por en medio. Fuimos juntas a la escuela y allí compartimos experiencias, maestros y otros amigos. Crecimos jugando y hasta (esto lo supongo porque no me acuerdo) nos pelearíamos algún día; ella seguro que lo sabe porque tiene mejor memoria que yo para nuestro pasado. Tengo una foto que vale millones donde estoy con el traje de comunión y a mi lado, dándome la mano, está ella, Isabel; ¡no me puedo resistir a ponerla! Después cada una decidió estudiar en lugares diferentes; bueno, ¿y qué? Hablamos de nuestros novios (o mejor de nuestros «no novios», ella me entiende). Brindamos por el futuro en nuestras bodas. Bautizó a mi primer hijo. Nos hemos visto madurar y espero que también envejecer. Nos llamamos por teléfono cada año en nuestros cumpleaños simplemente por saber que la otra está ahí. Y de vez en cuando nos contamos penas y alegrías y, un poco, nos vemos reflejadas la una en la otra.

Este año la llamaré también el día 26 de octubre (¡que no se me olvide, por favor!), día de su cumpleaños (tranquila Isabel, que no digo cuantos años vas a cumplir, porque soy discreta y porque yo ya los cumplí hace poco y sé que van pesando) y charlaremos un buen rato, como cada año y yo me sentiré bien después… y ella también. Al fin y al cabo, es mi amiga y este texto le pertenece a ella en exclusiva, porque este regalo sí me sale del corazón.

"AMIGAS, PARA ISABEL"
PARA EL RECUERDO

¡Felicidades, Isabel! Te deseo un año lleno de serenidad.

*¡Ah, Isa! Te aviso, si cuando leas esto no lloras… “¡ya no te ajunto más!”

MÁS PERSONAS A LAS QUE QUIERO

Más sobre el mundo de los cuentos, minicuentos y artículos

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde DIVINAS PALABRAS. Victoria Monera

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Scroll al inicio