GÉNESIS. Marco Denevi

GÉNESIS es uno de los cuentos cortos escritos por el argentino MARCO DENEVI (1922-1998), que fue un escritor que triunfó como periodista, dramaturgo y cuentista.

3 minicuentos de Marco Denevi

Este «GÉNESIS» no es el único relato de Marco Denevi que comparto con vosotros; podéis leer también «CUENTO DE HORROR» y «EL EMPERADOR DE CHINA«. Los tres son bellísimos.

El argentino MARCO DENEVI (1922-1998) fue un escritor que triunfó como periodista, dramaturgo y cuentista. Perfectos son sus microrrelatos llenos de intriga y con una buena dosis de humor negro.

Este es uno de los más intimistas. En él trata el tema bíblico al que se alude en el título, desde una perspectiva futurista. Una belleza de cuento. Con la condensación típica de los cuentos cortos, una condensación que exige al autor un poder de síntesis y una capacidad de expresión increíbles.

Otras versiones del mito del génesis

El mismo tema aparece en dos cuentos más; el clásico relato de la Biblia «GÉNESIS» y, desde el absurdo y con un toque importante de humor, el caustico relato de Miguel Mihura «EL AMIGO DE ÉL Y DE ELLA«.

¿Lo mejor? Leer los tres, comparar y elegir. Para mí esto último es muy difícil, porque me encanta la sencillez clásica del relato bíblico; me admira la expresión rápida y contundente del que tenéis aquí; y me despierta una sonrisa la intrepidez de Mihura. ¿Cuál es mejor? Os dejo a vosotros esta difícil decisión.

Puede interesarte

GÉNESIS. Marco Denevi

Entretanto la tierra se cubrió nuevamente de vegetación; las plantas se cargaron de flores; los árboles, de frutos. El niño, convertido en un muchacho, comenzó a explorar el país. Un día, vio un ave. Otro día vio un lobo. Otro día, inesperadamente, se halló frente a una joven de su edad que, lo mismo que él, había sobrevivido a los estragos de la guerra atómica. Con la última guerra atómica, la humanidad y la civilización desaparecieron. Toda la tierra fue como un desierto calcinado. En cierta región de Oriente sobrevivió un niño, hijo del piloto de una nave espacial. El niño se alimentaba de hierbas y dormía en una caverna. Durante mucho tiempo, aturdido por el horror del desastre, sólo sabía llorar y clamar por su padre. Después sus recuerdos se oscurecieron, se disgregaron, se volvieron arbitrarios y cambiantes como un sueño; su horror se transformó en un vago miedo. A ratos recordaba la figura de su padre, que le sonreía o lo amonestaba, o ascendía a su nave espacial, envuelta en fuego y en ruido, y se perdía entre las nubes. Entonces, loco de soledad, caía de rodillas y le rogaba que volviese.

-¿Cómo te llamas? -le preguntó.

-Eva -contestó la joven-. ¿Y tú?

-Adán.

Los 10 mejores cuentos de la literatura

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Descubre más desde DIVINAS PALABRAS. Victoria Monera

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo

Scroll al inicio