SOBRE LA @ Y SU HISTORIA. Seguro que mucho piensan que este signo apareció hace pocos años, unido a la revolución tecnológica y al nuevo lenguaje informático que empezó a inundarnos; yo, por ejemplo, lo pensaba. ¡Pues no, no nos confundamos! Si alguien cree que la @ es un signo nuevo… mal va.
SOBRE LA @ Y SU HISTORIA
De la Edad Media al email
Ya se usaba en la Edad Media como forma abreviada de la preposición “AD” (que significa hasta o hacia). Tengamos en cuenta que los documentos se escribían a mano (manuscritos) y era bastante natural intentar ahorrar trabajo, tinta y papel, por lo que se juntaban dos signos. De ad se pasó a @, más rápido.
- Algo parecido ocurrió con la Ñ, que proviene de la unión de dos letras: nn. Para ahorrar, se escribía ñ, en lugar de nn. Fue Antonio de Nebrija, el el siglo XV, quien identificó este signo ñ como autóctono de nuestra lengua (no existía ni en latín ni en griego) y lo añadió a nuestro abecedario.
Además «arroba» significaba una medida de líquidos o de masa: «Una @ de vino».
Después dejó de usarse y solo se mantuvo viva en Estados Unidos, donde se usaba en contabilidad para expresar «por»: «15 cajas @ 5 dólares cada«. Por eso apareció en el teclado de las máquinas de escribir (a finales del siglo XIX) y de allí, pasó a los ordenadores.
Ray Tomlinson creó el email en 1971 y necesitaba un signo especial que identificara estos correos; encontró la @ en el teclado, un símbolo disponible que le sirvió a la perfección: un signo bonito, reconocible con facilidad y que ya estaba en los conjuntos de caracteres.
De la Edad Media a la «Era Tecnológica». Muy interesante, ¿a que sí?
IMPORTANTE
Sobre el masculino y el femenino
Por favor, no lo uséis para indicar sexo masculino y femenino a la vez; aquello de “chic@s” está absolutamente pasado de moda (además de ser incorrecto). Basta con usar el masculino plural.
Nos dice la RAE sobre esto:
Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.) ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o:l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.
Y también insiste Fundeu
No es recomendable usar el símbolo @ para englobar los dos géneros en una misma palabra.
El empleo de la arroba para hacer explícita la alusión a los dos sexos y evitar la repetición de una palabra en masculino o en femenino es un recurso frecuente en la lengua escrita, en particular en carteles y circulares: Queridos compañer@s.
Sin embargo, tal y como señala el Diccionario panhispánico de dudas, este uso es innecesario (el masculino, como género no marcado, puede emplearse para englobar el masculino y el femenino) e inadecuado.
Hay que tener en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico, como corrobora la Gramática académica, y que, además, esta fórmula no siempre es aplicable a la estructura de la lengua: así, por ejemplo, en el Día del niñ@, del solo puede concordar con el masculino.
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Demasiado interesante la información.
Sobre todo la sugerencia de no usarlo en masculino y femenino.
Gracias.