El «GUACAMOLE» es un plato que nos viene de Hispanoamérica y que sirve para picar o para acompañar otras recetas. Con aguacate, cebolla, tomate y un chorrito de aceite puedes preparar este delicioso guacamole casero, sano y sabroso y renovar un poco tu recetario.
El aguacate
El aguacate es un fruto de carne verde claro y de consistencia mantecosa originario de Perú y México.
Es recomendable que lo introduzcamos en nuestra dieta por sus abundantes ventajas. Os pongo aquí algunas de ellas:
-Es rico en vitamina E (retrasa el envejecimiento)
-Tiene omega 3, que cuida nuestro sistema cardiovascular
-El magnesio y potasio que contiene ayuda al sistema nervioso, muscular y digestivo
-Recomendable para las embarazadas, por su contenido en ácido fólico
-Es rico en fibra
Guacamole casero
La diferencia entre un guacamole casero y los que venden ya hechos es grande y no cuesta mucho hacerlo en casa; a los niños suele gustarle participar en su elaboración. Siempre que lo preparo (para niños o mayores o en un cumpleaños o con fajitas o con nachos), ¡desaparece!
Usos del guacamole
Puedes usar esta salsa como base para tapas. Algunas:
Una rebanadita de pan, guacamole y una anchoa
Una rebanadita de pan, guacamole y jamón serrano
Una rebanadita de pan, guacamole y pollo empanado
Es ideal para acompañar los nachos.
¡Ah! Mi hijo se está preparando últimamente un bocadillo con pechuga de pollo a la plancha y una buena capa de guacamole. ¡Espectacular! Merece la pena probarlo.
Si te gusta con un toque «picante», añade un poquito de cayena.
Algunos lo pasan por la batidora y queda como una crema; a mí no me gusta tanto, yo prefiero «ver» y «notar» los ingredientes.
Recuerda
Es muy importante que el aguacate esté “en su punto”; suelen estar verdes, así que es mejor que los compres algunos días antes de necesitarlos.
GUACAMOLE casero, sano y sabroso
- Un aguacate
- Un tomate maduro
- Media cebolla
- Aceite de oliva
- Limón
- Una pizca de sal
- Pela el aguacate y la cebolla.
- Corta todos los ingredientes en trozos lo más pequeño posible.
- Añade al aceite, unas gotas de limón y una pizca de sal.
- Mézclalo todo hasta que quede “como una crema”.
- Sírvelo en cuencos individuales y ponle un nacho encima (para decorar) o dale cualquier otro uso.
- En otro cuenco grande echa el resto de nachos para que cada uno vaya cogiendo.
