HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON. Gustav Weil

HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON es un minicuento del alemás Gustav Weil que nos recuerda los relatos de «Las mil y una noches».

Sobre el autor

Gustav Weil (1808-1889), filólogo e historiador alemán. En 1837 publicó en «Die Poetische Literatur der Araber« y más tarde tradujo al alemán «Las mil y una noches«, la primera traducción al alemán de esta conocida obra de la literatura persa. Una muestra de su trabajo es esta «Historia de los dos que soñaron», breve cuento por el que también se sintió muy atraído Jorge Luis Borges, hasta hacer una «reescritura» del mismo que aparece en su «Historia de la infamia».

HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON

Cuentan los hombres dignos de fe (pero sólo Alá es omnisciente y poderoso y misericordioso y no duerme) que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero tan magnánimo y liberal que todas las perdió, menos la casa de su padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan. Trabajó tanto que el sueño lo rindió debajo de una higuera de su jardín y vio en el sueño a un desconocido que le dijo:

-Tu fortuna está en Persia, en Isfaján; vete a buscarla.

A la madrugada siguiente se despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros de los desiertos, de los idólatras, de los ríos, de las fieras y de los hombres. Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había, junto a la mezquita, una casa y por el decreto de Dios Todopoderoso una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los bandoleros huyeron por la azotea. El capitán hizo registrar la mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y lo llevaron a la cárcel. El juez lo hizo comparecer y le dijo:

-¿Quién eres y cuál es tu patria?

El hombre declaró:

-Soy de la ciudad famosa de El Cairo y mi nombre es Yacub El Magrebí.

El juez le preguntó:

-¿Qué te trajo a Persia?

El hombre optó por la verdad y le dijo:

-Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que la fortuna que me prometió ha de ser esta cárcel.

El juez se echó a reír.

-Hombre desatinado -le dijo-, tres veces he soñado con una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín. Y en el jardín un reloj de sol y después del reloj de sol, una higuera y bajo la higuera un tesoro. No he dado el menor crédito a esa mentira. Tú, sin embargo, has errado de ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no vuelva a verte en Isfaján. Toma estas monedas y vete.

El hombre las tomó y regresó a la patria. Debajo de la higuera de su casa (que era la del sueño del juez) desenterró el tesoro. Así Dios le dio bendición y lo recompensó y exaltó. Dios es el Generoso, el Oculto.

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6 comentarios en “HISTORIA DE LOS DOS QUE SOÑARON. Gustav Weil”

  1. Cuando leí el Alquimista de Paulo Coello, recordé esta historia que lei en la primaria. Decididamente se basó en ese cuento para escribir su novela.
    Es similar a la frase a perseguir los sueños y lograr materializarlos, aunque muchos somos de la postura del juez, que los sueños, sueños son.

  2. Estoy segura de que este cuento ha inspirado a más de un autor. Es lo que pasa con las grandes obras y con los escritores que saben usarlas. Gracias por tu comentario.

  3. Me resultó muy interesante la lectura ya que inspira y demuestra que los sueños pueden ser señales

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