Ya se sabe que la pasta «permite» todo. Y es verdad. Esta mezcla de TALLARINES CON GULAS Y TOMATE SECO es deliciosa. Si le añades la guindilla, insuperable.
Que no falte la pasta en tu dieta
Si no eres de los aficionados a la pasta, deberías intentar introducirla en tu dieta poco a poco.
Es un alimento con muchísimas ventajas. La pasta se hace con harina de trigo y es recomendable para luchar contra el colesterol, nos ayuda a mantener nuestro peso (si no nos excedemos en la cantidad, claro), tiene fibra e hidratos de carbono, se asimila con facilidad y es estupenda para los hipertensos (porque apenas tiene sodio).
Añade que se puede encontrar con diferentes formas y colores y que suele gustar a todos.
¿Te he convencido para que empieces a comer pasta?
Eso sí, ¡cuidado con lo que le pones!
Si te gustan solo con verdura puedes probar esta PASTA CON ESPÁRRAGOS VERDES; una delicia. Y si tienes que comer fuera, ¿por qué no pruebas la ENSALADA DE PASTA EN TÁPER?
Una buena compañía: una ensalada
Para acompañar este plato sirve una ensalada sencilla. Te dejo algunas ideas:
- ENSALADA DE ESCAROLA, APIO Y CARDO
- ENSALADA DE NARANJA
- ENSALADA DE MANZANA, PASAS Y PIÑONES
MÁS IDEAS
- Elige la pasta que prefieras. Por ejemplo “los nidos” son perfectos para este plato.
- Puedes sustituir las gulas por unos langostinos; buenísimos también.
- Por supuesto, la cantidad de ajo y de guindilla depende de tu gusto. De la guindilla se puede prescindir totalmente, pero del ajo… yo te recomiendo que no.
- Si no tienes tomate seco, prueba con unos tomatitos “cherry”.
- Si tienes prisa, quita el último paso; sin cebolla están buenos también.
TALLARINES CON GULAS Y TOMATE SECO
- Tallarines (u otro tipo de pasta)
- Un paquete de gulas
- Cuatro o cinco ajos
- Unos tomates secos hidratados
- Una cebolla tierna
- Aceite de oliva
- Una pizca de sal
- Una o dos guindillas cayena (opcional)
- Pon agua a calentar para cocer la pasta (abundante agua con sal).
- Mientras se calienta, pela y lamina los ajos. Corta el tomate seco a tiras y la cebolla en juliana.
- Cuando hierva el agua, echa la pasta. La cantidad que uses habitualmente.
- En una sartén, pon unas cucharadas de aceite. Echa los ajos; espera a que se doren y añade las gulas y el tomate seco. Ahora la guindilla. Ya tienes el sofrito.
- Recuerda que tienes que poner los tomates "secos" a hidratar (en remojo) un ratito antes.
- Cuando la pasta esté lista, disponla en un plato (o en una fuente si la quieres presentar “al centro”) y echa el sofrito.
- En la misma sartén añade un poco más de aceite y sofríe la cebolleta.
- “Corona” el plato con ella.
