UNA NOCHE DE LUNA LLENA. Maud Mahaut

Un cuento en prosa lleno de poesía que compuso Maud Mahaut.

UNA NOCHE DE LUNA LLENA

Érase una vez una noche de luna llena. Era medianoche y dejé de leer. Apagué la luz y presentí que me costaría encontrar el sueño; estaba muy agitada. Volví a encender la luz. Eché una mirada al reloj y al calendario de mi mesita. Luna llena. Me levanté y abrí las cortinas; estaba allí, la luna, llena, dueña de la noche. La llamé decidida a conversar con ella; se aburría y me recibió con ansia.

-Señora Luna, ¿os importaría ir a otra parte? Por su culpa no puedo dormir. ¡Siempre igual, cuando es luna llena me pongo como una pulga!

-¿Qué puedo hacer yo si usted es tan sensible a mi presencia? Olvídeme y haga como si yo no estuviese aquí. Tápese los ojos. Tómese una tila. ¡Qué sé yo!

-¡No puedo; tengo una auténtica fijación por usted! Al fin y al cabo, es usted la que me importuna, señora Luna.

-Pues… ¿sabe lo que le digo? Para las reclamaciones, diríjase a Dios.  Él es el jefe. Yo hago mi trabajo de luna y punto. Si no está contenta, no tiene más que mudarse.

-¿Y qué más? ¡El mundo al revés! ¡Mudarme! ¿No hay solución más simple? Después de todo estoy en mi casa.

-¡Yo también estoy en mi casa! Escúcheme. Tengo una idea. Si yo bajo del cielo, ¿aceptaría usted esconderme bajo sus sábanas? Así no la molestaría más. ¿Qué me dice?

-No tengo por costumbre dormir acompañada. Además, supongo que ocupa mucho sitio.

-Sí, pero menguaré, menguaré… hasta hacerme pequeña. Podemos llegar a un acuerdo. ¡Por favor, hágame un sitio en su cama!

-Bueno, bueno… Tengo una idea mejor. ¿Le va bien la habitación de invitados? La cama es grande y las sábanas suaves.

-¡Qué amable es usted! ¡Toda mi vida soñando con dormir en una cama! Ya no soy joven y una se cansa después de tantos siglos colgada noche tras noche del cielo, como una acróbata. No hago más que explicárselo a Dios. Soy como todo el mundo. Necesito descansar.

-¡Venga, venga, baje deprisa que los vecinos no la vean entrar!

Y cada vez que la Luna pasa por delante de mi ventana, al terminar su ronda, toca y descansa en la habitación de invitados, que es ahora la habitación de la Luna.

Pero… ¡silencio! Es un secreto.

Y colorín colorado

este cuento se ha acabado.

¡Buenas noches!

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1 comentario en “UNA NOCHE DE LUNA LLENA. Maud Mahaut”

  1. manuel herranz pariente

    Hola Maud soy Manuel Herranz, de cuando en cuando abro la página de Victoria , releo los relatillos que escribíamos cuando yo estaba con vosotros. ahora escribo muy poco porque entre ptras cosas no se me ocurren ideas como esta de la luna que acabo de leer. me gustaría intercambiar cosas con vosotras. si os animais mandarme algo, yo aqui estoy un poco aislado en ese aspecto. recibir un abrazo de Manuel Herranz

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