Prueba a preparar el AJOBLANCO en casa; con ingredientes básicos tienes un plato sencillo de preparar; ligero y fresco, ideal para los días de calor.
Pruebas de «Ajoblanco»
Llevaba años queriendo hacer el AJOBLANCO típico español.
Lo había probado en dos ocasiones; una vez nos lo sirvieron en una cena, como “chupito” de aperitivo; y me encantó.
La segunda vez fue en Caravaca (Murcia); era una de las opciones en un menú y lo elegí sin dudar; también en esta ocasión me gustó mucho. Era un día caluroso de agosto y me pareció un plato fresco y sabroso, perfecto en ese momento.
Así que este año he hecho algunas pruebas de ajoblanco en casa (menos mal que a mi marido le encanta, sea como sea) y, finalmente, he encontrado la receta que me gusta. De una forma muy simple; si se hace «como Dios manda», o sea, pelas tú mismo las almendras, machacas primero los ajos, después las almendras y… mucha elaboración; no dudo que estará increíble, pero si tenéis poco tiempo para cocinar, con esta receta podéis disfrutar de un ajoblanco casero en poco tiempo y de forma sencilla.
¿Qué es el «Ajoblanco»?
Pero antes quiero avisar sobre el ajoblanco; es un tipo de sopa fría con un sabor fuerte a ajo que no gusta a todos. Ya sabéis que el ajo es un producto absolutamente necesario en todas las cocinas, sin embargo son muchos los que no lo soportan. En esta receta el ajo está crudo y «sabe” mucho. Me he encontrado con varios invitados a los que no les ha gustado.
Las medidas son orientativas; empieza con ellas y después ve adaptándolas a tu gusto; más agua si te gusta más tipo sopa, menos si lo quieres tipo crema; aumenta las almendras si te encanta su sabor o disminuye si piensas que anulan el sabor del ajo; en fin, ve probando y haz tu ajoblanco.
Por eso, si es la primera vez que hacéis esta receta, yo os recomendaría poner menos ajo e ir introduciéndolo poco a poco; a no ser, claro, que os encante el ajo; entonces, el ajoblanco es perfecto.
Entrada o aperitivo
Si lo sirves un cuenco (igual que si fuera un gazpacho), con esta receta tienes para 5-6 personas; si lo vas a servir en “chupitos”, es decir, en vasitos pequeños de cristal, para unas 10-12.
SU ORIGEN
El «Ajoblanco» es un plato típico andaluz, ligero y fresco
El ajoblanco es un plato español típico de Andalucía. De origen humilde y dicen que anterior al famoso gazpacho y al salmorejo que añadieron el tomate tras traerlo de América.
Se sirve especialmente en verano porque es un plato ligero y fresco.
Actualmente se ha popularizado y se ha convertido en la base para muchas recetas de “cocina creativa”; es fácil verlo en cartas de famosos restaurantes: “ajoblanco con melón y gambas”, “ajoblanco con frutos rojos”…
ADEMÁS
- En algunas recetas ponen las almendras ligeramente tostadas; yo lo he probado y el sabor es un poco más suave. Quizá más agradable. Pruébalo y decide cuál es el mejor para tus comensales.
- Ten en cuenta que la consistencia depende mucho de tu gusto y de cómo lo vayas a servir. Por ejemplo, si es para un chupìto, está mejor más espeso, pero si lo vas a servir en un cuenco, yo lo prefiero más ligero.
- Como he dicho antes, ajusta las cantidades a tu gusto: más o menos almendra, más o menos ajo…
- Si eres innovador en la cocina, prueba a darle un toque personal y hazlo con otros frutos secos, con trocitos de granada, con fresas, con un toque de queso… Imaginación.
MÁS TAPAS/APERITIVOS
AJOBLANCO
- Uno-dos dientes de ajo
- 100 gramos de almendra cruda sin piel
- La miga de media barra de pan (unos 150 gramos)
- Dos o tres cucharadas de aceite de oliva
- Dos-tres vasos de agua fría
- Un chorrito de vinagre
- Una pizca de sal
- Uva o melón (opcional)
- Pon la miga en un cuenco grande y echa un vaso de agua; mezcla bien.
- Pela y trocea los ajos. Añádelos al cuenco.
- Ahora el resto de ingredientes: almendras (mejor si también las troceas), aceite, vinagre y sal.
- Pasa todo por la batidora hasta obtener una mezcla cremosa.
- Añade otro vaso de agua y bate de nuevo.
- Prueba y rectifica de sal, si es necesario.
- Mete en el frigo dos o tres horas antes de servirlo; es imprescindible que repose un poco y que esté bien frío (si necesitas acelerar el proceso, ponlo en el congelador o échale unos cuantos cubitos de agua).
- Cuando lo saques del frigo, mira si tiene la consistencia que deseas; si está muy espeso puedes añadirle un chorrito de agua fría y moverlo bien para que se trabe del todo.
- Al servirlo, puedes decorarlo con unas almendras laminadas.
- Lo más típico es acompañarlo de uvas blancas tipo moscatel; la mezcla de ajo, almendras y uva es espectacular.
- El melón y la manzana también combinan a la perfección.
- Y si tienes unas granadas a mano...