EN NAVIDAD

EN NAVIDAD

La Navidad es, para muchos, una época complicada. Quizá mejor extraña. ¿Agobiante? Se junta todo: ocio, vacaciones, gastos extra, familia, amigos, regalos, comilonas…

En Navidad empezamos con las comidas de empresa, y de amigos, y del equipo, y de los padres del cole, y… Seguimos con las compras; que si para mi cuñado, que si para los niños, que si para mi sobrina que ya es adolescente, que si para mi madre que tiene 80 años, que si…

Y llegan las comidas en familia; la cena de Nochebuena con tu familia, el día de Navidad con la mía y la Nochevieja con… ¿El Año nuevo dónde vamos a comer? ¿Reservamos o no?

Además nos queda el qué me pongo. Porque, a ver, esto ya me lo puse el año pasado en casa de Rosa y no voy a repetir. Pero comprarme algo ahora, justo dos semanas antes de las rebajas es un despilfarro. No, hija no, no estamos para despilfarrar. Pues me espero. O no.

Bueno. Todo eso se nos junta y la mente está a punto de estallar. Muchas decisiones en tan poco tiempo. Y todas de vital importancia.

Yo este año he decidido relajarme. Voy a pasar la Nochebuena con mi familia. No he comprado grandes regalos, pero sí pequeñas sorpresas. Es la mejor noche de la Navidad y me gusta preparar una cena extraordinaria, brindar, abrir los regalos, cantar villancicos y (en resumen) estar con aquellos a quienes quiero. Cuanta más gente venga a la cena, mejor. Todos son bienvenidos y seguro que disfrutarán también.

Los otros días habrá un poco de todo. Pero me he propuesto que sea eso: un poco. No mucho. Sin excesos. Un poco de pavo y buen vino. Un poco de turrón. Un poco de cálido fuego en la chimenea. Un poco de conversación. Un poco de teatro. Unos pocos propósitos para el año nuevo. Un poco de… no sé. ¡De todo!

Porque los excesos, sean de lo que sean, siempre son perniciosos. U ofensivos. Y todo es perfecto cuando es en su justa medida. Si nuestra cuñada es una mujer simpática durante la comida de Año Nuevo, ¿por qué pedirle más tiempo a nuestro lado? Si Pedro es divertidísimo con dos copas de vino, no le pidamos que se beba una más. Si un postre apetece a todos, no sirvamos cuatro.

Así, sin demasías. Con lo que necesitamos.

Y seguro que pasaremos una feliz Navidad y que el Año Nuevo vendrá colmado de éxitos y bendiciones. Eso es lo que he pedido para mí y para todos vosotros.

Ojalá sea así.

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