Las ALCACHOFAS EN ENSALADA son un plato típico de otoño-invierno en la zona sur de España, aunque a muchos les parezca extraño comer esta verdura cruda, sin cocer. Original y muy sano. Y a mí me encanta el sabor un poco amargo de la alcachofa cruda, mezclado con el limón y un buen aceite de oliva. ¿Te atreves a probarla? Es un plato solo para atrevidos y para quienes quieran sorprender a sus invitados.
CÓMO PELAR Y COCINAR ALCACHOFAS
Muchos me preguntan cómo se cocinan las alcachofas; las ven en el mercado y no las compran, no saben ni limpiarlas ni prepararlas. Tienes que empezar por mirar el vídeo Cómo se pelan las alcachofas y verás que no es tan difícil y que solo se necesita un poco de maña (y paciencia, sin prisa).
Después puedes empezar con algunas recetas sencillas, por ejemplo estas ALCACHOFAS EN ENSALADA o ALCACHOFAS EN MOJETE para ir practicando. Más tarde ya puedes atreverte con las ALCACHOFAS EN TORTILLA o ALCACHOFAS REBOZADAS.
BENEFICIOS DE LAS ALCACHOFAS
Te recuerdo que en toda dieta debemos incluir esta verdura. ¿Por qué? Te voy a poner solo algunos beneficios, pero ten en cuenta que hay muchos más.
-Nos ayuda a combatir el colesterol
-Es excelente contra el estreñimiento, por su gran aporte en fibra
-Son buenas para personas con tensión alta
-Dan sensación de «saciedad», por ello, son una buena ayuda para controlar el peso
-Tienen cualidades diuréticas: limpieza de toxinas, contra la retención de líquidos…
-Puede prevenir algunos tipos de cáncer
DE COMPAÑÍA: SALAZONES
Puedes acompañarla con pescado; los salazones son ideales para este plato o alguna conserva de pescado (atún, mejillones, caballa…). También son ideales como guarnición de cualquier plato de carne o pescado.
ALCACHOFAS EN ENSALADA
- (para cuatro personas)
- Dos alcachofas
- Aceite de oliva
- Medio limón
- Sal
- Pela y prepara las alcachofas (como explica el vídeo) y ponlas a remojo en un poco de agua y limón para que mantengan el color blanco. Algunas personas utilizan un poco de agua con unas ramas de perejil cortado; también vale.
- Sácalas del agua y ponlas en una fuente.
- Riégalas con aceite y échales un poco de sal.
- A la mesa, perfectas para acompañar un plato de carne o de pescado.